Abstract

En un tiempo en el que la economía ha realizado de hecho un cambio epocal de paradigma hacia una postmodernidad globalizada, está en alza la importancia otorgada a las organizaciones empresariales de carácter familiar. Sus frutos así lo confirman: la aportación del conjunto de las empresas familiares representan algo más del 50% del P.I.B a las economías de sus respectivos países (mundo occidental), además de ser potentes fuentes de generación de empleo. Concretamente en nuestro país, aproximadamente , el 65% del tejido empresarial está representado por empresas de este tipo que dan ocupación a más de 8 millones de trabajadores . Precisando aún más en el marco comunitario de Andalucía, los datos -si cabe- son más llamativos. En efecto, en el recopilatorio de las ponencias llevadas al Primer Congreso de la Empresa Familiar de Andalucía organizado por la Confederación de Empresarios de Andalucía (C.E.A) se resaltó que el 95% de las empresas de la región son familiares, de las cuales, el 80% están incluidas entre las 300 empresas andaluzas más importantes. Tales consideraciones de fondo -entre otras- son más que suficientes para bucear en la esencia y el conocimiento de las características de esta realidad empresarial.