Resumen
El espacio de deriva aparece en el laboratorio o en el taller del artista como un momento asociado a un estado de escucha, que otorga las herramientas estéticas y de transformación social. El detonante va de la mano con la instrucción “voltear los ojos hacia adentro”; herramienta metodológica de los pueblos kankuamos estudiada por Plaza, Campuzano y Espinel, a partir de investigaciones basadas en IAP –investigación acción participativa propuesta por Orlando Fals Borda, la cual funciona en agenciamiento con los laboratorios de investigación-creación en artes. Dicha aproximación, se experimentó en el barrio de La Candelaria de Bogotá, en un ejercicio de dibujo y encuentra significatividad y proyección en la investigación plurianual, que realiza la Red de lo patrimoniable en varios lugares observatorio iberoamericanos. La experiencia de arte colaborativo realizada en la UPZ 90 Pardo Rubio, en el barrio El Paraíso, involucra la población de adultos mayores para el reconocimiento de los lavaderos comunitarios como patrimoniable. En el artículo se argumenta el nexo entre los dos casos, el potencial y la trascendencia del acto creativo que nace de peculiares formas de derivas, encaminadas hacia la memoria colectiva, el lugar, el tiempo y nuevas estéticas locales. Se concluye que los participantes en el taller viven una experiencia de co-creación que compagina en tiempo real imágenes acordes a los hallazgos in situ. Dichas imágenes son el retrato vivo de la condición política y cultural de los espacios urbanos de la ciudad que reclaman ser visibilizados y protegidos.
Presentadores
Norman Esteban Gil ReyesProfessor, Arts, Antonio Nariño University, Distrito Capital de Bogotá, Colombia Liliana Fracasso
René Vidal
Digital Media
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