IX Congreso Internacional de Salud, Bienestar y Sociedad

Resumen

A pesar de los avances científicos y tecnológicos que se viven actualmente, la incidencia suicida parece cada vez más difícil de controlar. Este fenómeno afecta indiscriminadamente a todos los seres humanos, familiar o socialmente; la estructura biopsicoemocional de los sujetos no depende de modernidades para fluir e interactuar controlando favorablemente el efecto del impacto que le cause el enfrentar situaciones que descontrolen su sistema de vida intrafamiliar y social. El suicidio es una muerte que deja un duelo muy distinto en los que sobreviven a este tipo de pérdida. Al perder a una persona cercana y emocionalmente ligada, se enfrenta con uno de los eventos más dolorosos que puede vivir un sujeto, y si además de esto, la pérdida fue por voluntad propia del fallecido, quedan muchas preguntas sin respuesta a los que le sobreviven. En la mayoría de los casos quedan sentimientos de culpa, coraje, miedo, dudas, tristeza o angustia, lo cual lleva a vivir un duelo más prolongado. Además de esto, otro factor que dificulta la recuperación emocional es el estigma de enfrentar la etiqueta social, que muchas veces termina en un condescendiente rechazo. Sumado a esto, en muchos casos se enfrenta la influencia de las creencias religiosas en torno al suicidio. La siguiente propuesta se aborda desde una metodología cualitativa basada en la aplicación de entrevistas a profundidad con 10 personas que han perdido a alguien por suicidio, con el fin de puntualizar las señales que da un sujeto suicida y determinar qué factores ayudan a sobrellevar el duelo por suicidio para reanudar su ritmo de vida y su reintegración familiar y social de la mejor manera posible, en la ciudad de Puerto Vallarta, Jalisco (México). Para esto, se toman las bases de la psicología humanista, citando autores como Frankl, Seligman, Nussbaum, Zen y Durkheim. Hasta ahora, las evidencias nos conducen a observar que el suicidio deja un duelo muy distinto a otro tipo de pérdida, y se puede llegar a experimentar diferentes emociones que prolongan la aceptación del hecho y la readaptación de quien lo está sufriendo. La difusión de las investigaciones que se hagan al respecto pueden tener beneficios bilaterales, en la prevención y postvención del mismo.