Resumen
Sin perjuicio de la esencial labor que desempeña la medicina o el propio estado para salvaguardar el derecho a la salud, en la actualidad nos enfrentamos a numerosos riesgos o amenazas que generan inseguridad sanitaria internacional. La principal forma de prevenir y controlar la existencia de dichos riesgos o amenazas es a través de códigos, planes, reglamentos (RSI), etc. En definitiva, mediante las normas. La OMS protagoniza una labor de coordinación importante, pero en muchos casos deficiente. Por ello, cuando un Estado, un conjunto de estos o la propia comunidad internacional se enfrentan a epidemias o cualquier amenaza a la seguridad sanitaria, Naciones Unidas, como guardiana de la paz y seguridad internacionales, podrá recomendar que para el control de las mismas se desarrollen operaciones e, incluso, que se desplieguen cordones sanitarios para impedir la catástrofe absoluta y que permitan garantizar los derechos de la humanidad. En definitiva, la buena salud es un objetivo interdisciplinar y el derecho es un impulsor principal de los avances de la medicina.
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