VIII Congreso Internacional de Salud, Bienestar y Sociedad

Resumen

El México del siglo XXI se ve atravesado por una desigualdad material de orden estructural, con una concentración del ingreso que se imbrica a una histórica e injustificada discriminación de trato por estigma y prejuicio social que amenazan la salud y bienestar de importantes grupos de población, obstaculizándoles el acceso a los derechos humanos fundamentales y por ende a las condiciones básicas de salud bio-psico-sociales. Según la propia OCDE, la asimetría entre ricos y pobres en México es la más grande entre los países que forman parte de ésta: el 10% más rico de la población gana 20 veces más que el 10% más pobre. El país requiere de una fuerte voluntad política para transformar las políticas de gobierno (sexenales) en políticas de Estado, con una consecuente nueva institucionalidad. Solo ello permitirá transitar hacia un nuevo estilo de desarrollo, en que la acción colectiva y los pactos de largo plazo sean el principio de una sociedad democrática generando la inclusión centrada al menos en dos directrices: la generación de empleos de alta calidad para sustituir los trabajos de muy baja productividad y el tránsito de la cultura del privilegio a la cultura de la igualdad.