XXVI Congreso Internacional sobre Aprendizaje

Resumen

La “aprendencia”, como proceso de interacción con la cotidianidad en la experiencia misma de la vida, implica un proceso de conexión, gratitud y aprecio por la existencia. Solo en tiempos de dificultad social, superpoblación, contaminación, agotamiento y extinción, el sendero ambiental y espiritual despierta nuestra consciencia e inteligencia cósmica, tratando de reducir las diferencias sociales entre los seres humanos y comprendiendo que el disfrute de la vida, está en ser, y no en poseer. Aprender del agua en un ambiente como Colombia, nos permite establecer estrategias que propicien dichos procesos como, por ejemplo, los orientados en Fusagasugá y Facatativá por el grupo de investigación Sumapaz, que plantea actividades pedagógicas para el proyecto “El agua renace en el corazón de las niñas y niños”, bajo la ecología profunda, de manera que esta “se convierta en alternativa planetaria de renovación colectiva” (que Capra llama “necesidad de alfabetización ecológica”, cuya característica principal está fundamentada en los valores de solidaridad y cooperación); propiciando el desarrollo de actividades que involucren a toda la humanidad. Para muchos, la idea del cuidado es simple; sin embargo, dicha actitud promueve la esperanza, la cooperación y el respeto del otro: aprender a conservar el agua es un propósito de vida planetaria. La propuesta (desarrollada en comunidades de aprendizaje) pretende incentivar la transformación social, bajo principios bioéticos y valores ecocéntricos encaminados a la sostenibilidad, dando respuesta a cuestiones esenciales: “¿Qué tipo de sociedad se pretende construir en tiempos de explotación natural? ¿Dónde el fin es tener y no ser?”.