XXVI Congreso Internacional sobre Aprendizaje

Resumen

Para la formación de historiadores que incidan en su realidad a través de su quehacer profesional, proponemos las “competencias complejas” que instalen en el curriculum una nueva forma de racionalidad, que elimine la oposición entre la teoría y la práctica, entre las ciencias de la experimentación y las de la subjetivación; en suma, que vayan más allá del saber tradicional e instalen las prácticas docentes centradas en quien aprende. Según Aguerrondo: “…la noción de competencia tiene múltiples acepciones (la capacidad expresada mediante los conocimientos, las habilidades y las actitudes, que se requieren para ejercitar una tarea de manera inteligente, en un entorno real o en otro contexto) todas las cuales presentan cuatro características en común: la competencia toma en cuenta el contexto, es el resultado de un proceso de integración, está asociada con criterios de ejecución o desempeño e implica responsabilidad”. Para hacer complejas nuestras competencias debemos incorporar el pensamiento complejo y aplicar los siete saberes para la educación de Edgard Morin. Nuestro objetivo principal es crear un “hombre educado” que se inserte en la sociedad del conocimiento y oriente su formación hacia el conocer y al hacer. Esto no se valida como exclusión —uno u lo otro—, sino como inclusión —lo uno y lo otro—. Para dar respuesta a esta encomienda necesitamos orientar el modelo educativo hacia las competencias para que nos informe cómo se organiza en la escuela la relación entre el aprendizaje y el conocimiento. ¿Cómo se aprende? ¿Qué conocimiento se distribuye?