Resumen
Los estudios sociales, y particularmente los educativos, que tienen como finalidad conocer las relaciones de convivencia y mejorarla, ayudando a que los conflictos se solucionen de forma pacífica y no violenta, paradójicamente suelen focalizar su atención especialmente en las conductas que dificultan la convivencia y en cómo sancionarlas, y apenas fijarse en las que la favorecen y en cómo fomentarlas. El motivo tiene mucho que ver con la ausencia de marcos teóricos que den perspectivas adecuadas a estudios e investigaciones orientadas hacia la búsqueda de propuestas coherentes entre los fines que se pretenden (mejorar la convivencia) y los medios y estrategias que se utilizan (estudiar y fomentar las conductas positivas que la favorecen) para intentar conseguirlos. Por ello resulta fundamental adoptar dos enfoques estrechamente relacionados que pueden enriquecer los estudios sociales: el de la Investigación para la Paz y el de la Cultura de Paz, con sus implicaciones educativas. Desde ellos estaremos en mejores condiciones de pensar en claves de paz y profundizar en el conocimiento de sus manifestaciones, lo que nos permitirá gestionar los conflictos de modo no violento, así como construir espacios y situaciones de paz, aunque existan manifestaciones de la violencia, por muy dolorosas que éstas sean.
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Ponencia temática de un trabajo
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"Investigación para la paz", " Relaciones interculturales", " Conflictos"
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