XIX Congreso Internacional del Arte en la Sociedad

Resumen

Partiendo de la obra multifacética del artista canario Ildefonso Aguilar (1945), nuestro propósito es demostrar el nivel de interrelación al que pueden aspirar distintas facetas creativas cuando se produce una vinculación tan íntima entre el artista y su entorno como la que existe entre Aguilar y la isla en la que vive, Lanzarote. Estando presentes en su obra la pintura, la fotografía y la música electrónica, mostraremos que lejos de tratarse de disciplinas independientes, se combinan a la hora de concebir cualquier creación, convirtiendo así la sinestesia en una de las cualidades referenciales en el momento de abordar un análisis de su estilo. El paisaje volcánico deviene en marco de creación que al tiempo es espacio que rodea al artista, génesis de inspiración y concepto paisajístico casi abstracto. Además en un lugar por donde transitan el viento y el silencio, posee así una cualidad sonora/silenciosa añadida. Este paisaje rocoso, pintado o fotografiado está presente en la mente de Aguilar cuando compone su música. Esta imbricación entre imagen y música genera otra cualidad, que es la dislocación de la tradicional diferenciación entre artes del tiempo y del espacio. Su música se convierte casi en una “imagen” sonora una forma de música/objeto en el espacio. Por otro lado, los audiovisuales que crea a partir de sus fotografías (nunca filmaciones en movimiento) y sostenidos en su música, proponen una transición tan sosegada entre las imágenes, que crean una ilusión de la imagen presentada como un arte en el tiempo.