Resumen
La autorrepresentación fotográfica en Instagram puede tener muchas fórmulas y contenidos, pero el que tiene más éxito es porque toma un atajo y mueve directamente el poder de la libido: la autorrepresentación que enseña el propio cuerpo. La exposición del cuerpo transforma a la persona en un objeto en clave freudiana: el sujeto hacia el que se dirige la atracción sexual. Mirar el cuerpo (el objeto), despierta la pulsión. En Instagram, el caballo ganador es el contenido fotográfico más excitante que sea capaz de generar los estímulos más instintivos. Los estímulos del cuerpo desnudo, despertando la fase apetitiva sexual, aseguran las reacciones, los likes. Esta lógica que premia la reacción inmediata del deseo libidinal es la que ha desnudado a los usuarios frente a la cámara de su teléfono. Fruto de esta cultura de la inmediatez, se ha recortado toda distancia escénica, no hay lugar para la sugerencia ni la imaginación. El algoritmo de Instagram premia lo íntimo directo, la corta distancia, el cuerpo sin velos, el sujeto apunta a consumir. De esta manera el régimen neoliberal conquista y pone a su disposición la vida íntima. Esta mezcla de intimidad y sex-appeal dio origen a la cultura del selfie como práctica fotográfica pornográfica del yo. Son primeros planos donde el rostro queda completamente desenfocado del fondo. Estas fotografías contienen piel, que cuando se muestra directamente se saltan los lentos pasos de la seducción para lograr un estímulo inmediato que es lo que demanda la aceleración comercial de la red social.
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Presentation Type
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KEYWORDS
Subjetividad, Pornografía, Instagram, Autorrepresentación, Digital, Psicoanálisis
