Resumen
“El sabor de las cerezas” (1997) supuso una sublimación de la mirada de Kiarostami a través de un minimalismo extremo y una sobriedad formal para tratar un tema condenado por la tradición islámica, el suicidio, siendo la primera vez que se plantea en su obra el problema de la muerte a una escala íntima e individual, como experiencia interior y no como tragedia colectiva como sí ocurriera en “Y la vida continúa” (1992). En una historia en la que resuenan los ecos de los tradicionales cuentos sufíes, un hombre, Badii, recorrerá en su coche las polvorientas montañas de las afueras de Teherán en busca de alguien que le ayude a enterrar su cuerpo tras su deseado suicidio. En su viaje se encontrará con otros tres hombres: un joven soldado, un seminarista y un anciano taxidermista. Si bien todos ellos ponen objeciones a su remunerada propuesta, será este último quien acepte el trabajo. Por la noche, se introduce en la fosa excavada para la ocasión. Unas coloridas imágenes en vídeo del rodaje concluyen la película. El paisaje, con sus desolados parajes de tonos ocres y amarillos, será igualmente fundamental en el universo de “El sabor de las cerezas”. Continuamente nos invadirá la idea de la sepultura en una lorquiana tierra yerma que evocará la angustia de nuestro errático personaje, su completa falta de horizontes. No podemos ignorar que el rodaje se llevó a cabo en otoño “para aprovechar el significado metafórico de la estación de la muerte”.
Presentadores
José María Toro PiquerasPhD Student, Departamento de Filologías Integradas, Universidad de Sevilla & Università Ca' Foscari di Venezia, Córdoba, Spain
Details
Presentation Type
Ponencia temática de un trabajo
Theme
KEYWORDS
Suicidio, Islam, Abbas Kiarostami, Misticismo