Tsuchigumo: De humanos marginados a arañas antropófagas View Digital Media

Ponencia temática de un trabajo
José Enrique Narbona Pérez  

Uno de los elementos identificativos que mejor se conoce sobre el folclore japonés corresponde a la fauna legendaria que lleva por nombre yōkai. Esta consideración ha imbuido la cultura popular de Japón y conforma la base a partir de la cual han surgido exitosos productos audiovisuales. Uno de los mejores ejemplos es la reciente serie Kimetsu no Yaiba y, concretamente, la película Kimetsu no Yaiba: Mugen Ressha-hen, que tras su exitoso estreno se convirtió en la película de animación más taquillera de la historia de Japón. Uno de los arcos narrativos de la serie en cuestión está vertebrado en función a los ecos de uno de estos yōkai, el denominado tsuchigumo, literalmente como “araña de tierra”. Por tsuchigumo se entiende la representación de una terrorífica criatura que compone el patrimonio cultural de Japón caracterizada por poseer la fisionomía típica de una araña sobredimensionada. Sin embargo, las primeras alusiones presentes en las fuentes japonesas no albergan ninguna referencia sobre un motivo descriptivo que parezca guardar relación con la imagen desdibujada que se popularizó de este yōkai durante el período medieval. En cambio, estos primeros textos señalan que por tsuchigumo se aludía a uno de los grupos que se encontraba fuera de la órbita de control político del hegemónico estado Yamato. El propósito de esta comunicación consiste en exponer el proceso de reformulación del término tsuchigumo y cómo su equiparación con las actitudes nocivas atribuidas a los arraigados personajes legendarios denominados oni pudo influir en la cristalización de este profundo cambio.