Resumen
El témenos por excelencia del judaísmo antiguo era el Templo de Jerusalén: la casa de Yahveh y el núcleo central de las prácticas rituales judías. Un espacio sagrado que sufrió grandes modificaciones a lo largo de la historia del pueblo de Israel, desde los inicios con el Tabernáculo en el desierto, posteriormente las proyecciones constructivas en piedra de David llevadas a término por el rey Salomón, hasta alcanzar el máximo esplendor del Templo con su ampliación arquitectónica durante el reinado de Herodes. Toda la arquitectura y el mobiliario estaban estructurados en función del lugar más sagrado: el sanctasanctórum. Y, según las fuentes antiguas, custodiando la entrada a esta estancia estaba un gigantesco y opulento velo teñido de violeta, púrpura y escarlata. Dichos pigmentos también estaban presentes en otros elementos del Templo y su correcta fabricación era vital para el teñido de las telas sagradas, siendo punible la falsificación de estos caros materiales tintóreos. Así pues, los colores del velo del Templo de Jerusalén se convertirán en un elemento cultural imprescindible para la conformación del espacio sagrado judío, donde la materialidad de los pigmentos adquiere una identidad ritual y física a través del velo, que conferirá y reforzará la sacralidad del espacio. Unos tintes que enlazan directamente con la Historia del Color y la simbología del púrpura en la Cuenca del Mediterráneo durante la Antigüedad, entretejiendo un relato de poder, suntuosidad, realeza, magia y sacralidad.
Presentadores
Cristina Expósito De VicenteDoctora, Departamento de Historia del Arte, Universitat de València (UV), Spain
Details
Presentation Type
Ponencia temática de un trabajo
Theme
KEYWORDS
Velo, Templo Jerusalén, Púrpura, Simbología, Color, Espacio Sagrado, Judaísmo, Ritualidad
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