Montessori, el niño y Dios: El Atrio, espacio privilegiado para acercarse al Misterio

Resumen

El carácter teológico y espiritual de la pedagogía de María Montessori es, casi con total seguridad, el aspecto más desconocido de su planteamiento educativo. La maestra italiana no concebía la educación sin una teleología y una teología subyacentes. Lo expresaba cuando decía que los maestros deben estar dispuestos a ofrecer a los niños no solamente las cosas más altas, sino en la forma más elevada. Y fue precisamente en España, en su etapa en Barcelona, donde ella plasmó y empezó a poner en práctica esa convicción: hay un sentido religioso innato en el niño, y por eso la religión no se puede inculcar. Los maestros solo pueden ayudar a que se desarrolle y florezca eso que una de sus discípulas, Sofía Cavaletti, denominó “el potencial religioso del niño”, y que hoy llamaríamos “inteligencia espiritual”. El Atrio que Montessori empezó a desarrollar en algunas escuelas de Barcelona será el espacio privilegiado para que el niño descubra y empiece a desplegar esa capacidad espiritual. Un espacio donde el niño vaya descubriendo el Misterio que habita en su interior y en el mundo. Un espacio donde se cruzan el reposo y el movimiento, el silencio y la palabra, la escucha y la acción, el símbolo y su sentido profundo. Donde se cruzan el niño y Dios.

Presentadores

Guzmán Pérez Montiel
Profesor colaborador asociado, Facultad de Teología Moral, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, Spain

Details

Presentation Type

Ponencia temática de un trabajo

Theme

Tema destacado 2024 - Espacios, viajes, experiencias: Las religiones en reposo y en movimiento

KEYWORDS

Montessori, Atrio, Espacio Sagrado, Símbolo, Educación Religiosa, Inteligencia Espiritual