XVIII Congreso Internacional sobre Nuevas Tendencias en Humanidades

Resumen

Mi comunicación tiene por objeto la respuesta marcuseana a la crisis del marxismo en la década de 1920. Su proyecto fue evitar la disolución del marxismo acudiendo a la filosofía existencial, teniendo al pensamiento de Heidegger como referencia. Los objetivos de esta comunicación son plantear la cuestión, esbozando su problemática, sus conceptos fundamentales y resultados, y lanzar, a continuación, una mirada prospectiva a la situación actual del marxismo desde esta experiencia. La crisis del marxismo expresaba su enajenación conforme a su propósito original: una aproximación sin éxito a la sociedad capitalista y una falta de compromiso con la transformación social. La comprensión y la acción conforman así términos correlativos para el marxismo: el concepto de «revolución», que se degradó a término abstracto para la socialdemocracia o a expresión de la Realpolitik para el marxismo soviético, debe hacer referencia a un estado de cosas objetivo y necesario, que aliente a la acción radical. La superación de la crisis exigía, para Marcuse, una comprensión profunda de la situación existencial de la transformación social. Es precisamente en la existencia donde puede encontrarse el nexo entre teoría y práctica tan necesario para el marxismo como teoría de la transformación social. Tanto Ser y Tiempo como el mismo Heidegger desempeñaron un papel fundamental en el proyecto del joven Marcuse, quien descubrió en la analítica existencial un hito en la autodisolución de la filosofía y el modo de vida burgueses: la experiencia de lo concreto, tematizada por Heidegger, indicaba la dirección hacia un nuevo mundo.