Abstract

Como menciona Humberto Maturana en su libro el Árbol del Conocimiento, dependemos del conocimiento para tejer nuestra trama diaria, la tecnología de la información y la comunicación globalizada permite obtener fuentes de información que afianza la creencia de algo, es lo que hace que el conocimiento sea valorado más aún que la propia opinión o las creencias, siendo el conocimiento una creencia fundada en algo, motiva que las instituciones y/o empresas observen sus procesos de creación de valor para garantizar la sostenibilidad organizacional, la gestión del conocimiento es un proceso complejo disciplinario, involucra y desarrolla estructuras que permiten a las organizaciones trascender las fronteras de sus recintos hacia la sociedad, las empresas, las instituciones. El presente trabajo fundamentado en investigación realizada en siete universidades Ecuatorianas y llevado a través de un estudio de caso a la práctica, expone estrategias que permiten enfrentar el orden y el caos, la regularidad y la complejidad en la gestión del conocimiento institucional, como señala Edgar Morín, siendo la complejidad un principio regulador que no pierde de vista la realidad del tejido fenoménico, del antagonismo que cualquier cambio organizacional provoca, la resistencia a la colaboración y al cambio es inminente, al respecto Morín en su obra Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro añade” … Hay que aprender a enfrentar la incertidumbre, puesto que vivimos una época cambiante donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado. Es por eso que la educación del futuro debe volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento” (Morin 1999). Efectivamente, el conocimiento se ha convertido en el factor principal en el entorno empresarial, la economía de una organización depende además de los factores de producción del conocimiento, de las capacidades y competencias del talento humano, la cultura de gestión del conocimiento en las organizaciones, la capacidad resolutiva, la mejora continua del talento humano incrementa la efectividad, la optimización de recursos y economía en costos, determina el nivel de competitividad organizacional.