Abstract

La cultura mexicana da muestra a través de su historia sobre las causas y los condicionantes del terreno político ligados a la construcción de la identidad como sujetos y de nacionalidad como país. Así mismo, la dimensión política se ha visto reflejada en la corporalidad de los sujetos impregnando su impronta en la salud de los mexicanos. Entendemos la noción del cuerpo humano como resultado de un tiempo y espacio sociohistórico. “Será el cuerpo el microcosmos de la relación con los procesos complejos de la sociedad; en él se materializan las políticas y discusiones de una propuesta social de salud pública y la cultura del menor esfuerzo en sus cuidados” (López, 2000) El proceso político ha repercutido en las representaciones del cuerpo donde los sujetos presentan diversos padecimientos o enfermedades acordes al contexto de su época. El creciente número de enfermedades somáticas y crónicas degenerativas ha sobrepasado los límites de la puesta en marcha de políticas de salud. La población busca alternativas que ayuden en la solución de enfermedades. El conocimiento del proceso político contribuye a construir nuevas políticas que no se limiten a la cura de enfermedades, sino en la prevención oportuna de ellas. La pedagogía de lo corporal colabora en estrategias y principios empleados en la educación de los niños hacia la prevención de enfermedades, el conocimiento de su cuerpo y el manejo de sus emociones; como un andamio en el porvenir de la nación y en el desarrollo de políticas educativas y de salud, encaminadas al bien común.