Cuerpos que no pueden ser cuerpos de baile
Abstract
El ballet moldea cuerpos, pero también establece esquemas que pautan la forma en que se mira a esos cuerpos. Ello con base en ideales decimonónicos que reproducen el clasismo y legitiman la blanquedad como condición universal de quienes merecen ser vistos. Estos discursos se han convertido en parte del imaginario del ballet, y se han arrastrado desde las cortes italianas de finales del siglo XV, hasta llegar a nuestros días infiltrados de incógnito en una sociedad que pretende ser cosmopolita. La blanquedad se convierte en condicionante de la mirada a través de la perpetuación de los valores estéticos del ballet romántico, y establece también condiciones desiguales al interior del campo de la danza clásica profesional. Los bailarines de piel oscura, especialmente las bailarinas afrodescendientes, tienden a ser relegados a lo largo de su carrera debido a que su cuerpo no corresponde con estos imaginarios del ballet. El presente artículo expone una breve revisión histórica a los valores estéticos de los “ballet–blancs” del romanticismo, desde los que se objetivan los imaginarios eurocéntricos de la danza clásica, y recupera, mediante la investigación documental, testimonios contemporáneos de bailarinas y bailarines de raza negra que denuncian los obstáculos que han enfrentado a lo largo de su trayectoria profesional, los cuales están relacionados con su imagen física. Finalmente, se toman estos referentes empíricos, para discutir los procesos de subjetivación, y particularmente de lo que se propone como “subjetivación de la mirada”: una forma de emancipación y resistencia a los regímenes hegemónicos de la visualidad.