Abstract

Este artículo tiene como objetivo realizar una contextualización de la revisión de la “Ordenanza para el desarrollo saludable de la juventud”, conocida como “el proyecto de ley 156”, propuesta en 2010 por la Asamblea Metropolitana de Tokio. El proyecto de ley buscó regular y limitar las imágenes “consideradas excesivamente disruptivas para el orden social” del manga, anime y videojuegos. Tanto parte de la comunidad de consumidores, como los propios autores y editoriales de cómics de todo Japón consideraron la propuesta de la Asamblea Metropolitana de Tokio como un acto de censura artística a través de la cual, poco a poco, podría colarse un control cada vez más férreo y restrictivo por parte del gobierno de los contenidos, estilos y tramas propuestas en los cómics. Para analizar algunas de las críticas y reflexiones llevadas a cabo desde el propio seno del manga se presentan los ejemplos del manga de corte “dōjinshi” creado por Nogami Takeshi, Suzuki Takaaki y Kanemitsu Dan bajo el título “Monkey Business: An idiot´s Guide to Tokio´s Harmful Book Regulation” y de “Poison City”, dibujado por Tsutsui Tetsuya en 2014 para la revista Jump Kai.